Desde tiempos inmemoriales, el perfume ha sido mucho más que una fragancia: es historia, poder y seducción.

Recordamos a una de las mujeres más fascinantes de la historia: Cleopatra y su arte de conquistar a través del aroma.

Se dice que su esencia favorita era el “mendesiano”, llamado así por ser originario de la ciudad Mendes, aunque también se le conocía como “megalium”, en honor al perfumista Megalius que lo creó. Un perfume elaborado con una mezcla de aceites y mirra, canela y cardamomo, macerado durante diez días y noches.

Cleopatra lo aplicaba en sus pies para que sus efluvios ascendieran por su cuerpo hasta la nariz. ¿Caería el gran Marco Antonio seducido por el poder fragrante de Cleopatra?

La leyenda cuenta que impregnaba las velas de su barco con este aroma para conquistarle, incluso antes de su llegada.

Y aquí un dato aún más curioso: según relatos históricos, Cleopatra ingería trementina y bayas de enebro para que su orina tuviera matices de violetas, así lo relata Clara Buedo en su Historia del Perfume, relatos olfativos del pasado.