En la China antigua, el perfume no se contenía en frascos de cristal, sino en pequeños saquitos de tela o hilo de oro: los Xiangbao. Estos amuletos aromáticos, rellenos de hierbas medicinales y especias, no solo perfumaban el cuerpo, sino que también protegían el alma y el entorno.
Cada Xiangbao es una obra de arte textil. Se confecciona con telas de seda bordadas a mano, utilizando hilos de colores que representan longevidad, amor y vitalidad. La parte superior se ata con un nudo de seda, mientras que la inferior puede adornarse con borlas o cintas, creando una pieza única y llena de simbolismo. Su confección sigue una tradición que data de más de 2.000 años, mencionada en obras clásicas como el Clásico de Poesía y la Historia del Estado de Chu.
Los Xiangbao contienen una mezcla de hierbas aromáticas secas, como alcanfor, artemisa, clavo y sándalo. Estas fragancias no solo deleitan los sentidos, sino que también se les atribuye propiedades medicinales, como alejar insectos y prevenir enfermedades. Se cree que su origen se remonta al Canon Interno del Emperador Amarillo, donde se menciona el uso de saquitos de hierbas para protegerse de plagas y enfermedades.
Más allá de su función práctica, los Xiangbao han sido utilizados como regalos llenos de significado. Durante la Fiesta de las Barcas de Dragón, era costumbre regalar estos saquitos a los niños para protegerlos de enfermedades y espíritus malignos. Con el tiempo, también se convirtieron en símbolos de amor, especialmente cuando las jóvenes bordaban uno a mano para su ser querido.
Hoy en día, los Xiangbao siguen siendo un puente entre el pasado y el presente, fusionando artesanía, aroma y simbolismo.