
Con esta teoría se podría decir que los árboles se comunican, ya que pueden avisarse entre sí sobre plagas, compartir recursos con árboles jóvenes o enfermos, e incluso ayudarse a crecer.
Los científicos han descubierto que algunos árboles más viejos, llamados “árboles madre”, actúan como centros de esta red, cuidando del ecosistema como si fueran guardianes del bosque. Esta red invisible mantiene vivos y sanos a los bosques, y es clave para su conservación frente al cambio climático.