¿Te has preguntado alguna vez cuál fue el primer Archivo del mundo en la perfumería?

La Osmothèque, ubicada en Versalles, se trata de una organización sin ánimo de lucro que surge en 1990 con el objetivo de ser el gran “archivo mundial de perfumes”, un archivo de la preciosa herencia histórica de los perfumes. Su nombre procede del griego “osme” u olor y “theke” o almacén. También conocida como la “Osmoteca” de Versalles, cuenta con una colección de más de 3.200 perfumes incluyendo 800 ya descatalogados. La colección se agrupa y almacena en una habitación que llaman «bodega», especialmente equipada para preservar perfumes: ausencia de luz solar y temperatura constante de 12°C. Los perfumes son almacenados con una capa protectora de argón (gas inerte) y siguen una evaluación regular por parte de los “osmocuradores”.

La preservación de los perfumes descatalogados es posible gracias a la colaboración con las empresas de fabricación de perfumes y perfumistas que conservan las fórmulas de sus perfumes y las ceden para que sean cuidadosamente custodiadas por la Osmothèque. Actúa como archivista y las fórmulas que se les confían no se pueden usar con fines comerciales. La institución reconstruye perfumes ya perdidos, respetando rigurosamente sus fórmulas originales. Pero, en caso de que alguna de sus materias primas no esté ya disponible, no trata de simularla, su objetivo es ser archivo únicamente de la fórmula original. De esta forma, protegen el patrimonio mundial de las fragancias. Con un fin divulgativo, su biblioteca privada permite acceso a investigadores y es posible oler algunas fórmulas históricas de hace más de un siglo. Para más información y citas, os aconsejamos visitar su web.