El polvo utilizado en las pelucas, a menudo perfumado, impregnaba el aire con una fragancia que evocaba la opulencia de la época. Un ejemplo señalado eran las propias pelucas de Luis XV, con un toque de polvo podía cambiar por completo la atmósfera, siendo una declaración de lujo, distinción y poder.
Si quieres saber más, Clara Buedo, en su libro Historia del Perfume, nos transporta a ese mundo fascinante de fragancias y modas que marcaron la corte francesa. Su relato nos sumerge en un viaje histórico donde el perfume no solo adornaba, sino que también contaba historias, donde el aroma formaba parre de un lenguaje sensorial que codiciaba estatus, higiene y poder.
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