Las abejas pertenecen a la superfamilia apoidea, dentro del grupo de los apiformes, al igual que otros insectos como las avispas y las hormigas. Pero, entre todas ellas, las abejas ocupan un lugar muy especial: son auténticas heroínas del ecosistema.
Más allá de la miel que producen, ese delicioso tesoro dorado, su labor en la naturaleza es vital. Las abejas son responsables de polinizar más del 70% de los cultivos que consumimos a diario,, las frutas, verduras, frutos secos y hasta el café que tomamos por la mañana dependen, en gran parte, de su incansable trabajo.
Cada vez que una abeja visita una flor en busca de néctar, transporta polen de unas flores a otras, permitiendo así la fertilización y la formación de semillas y frutos. Este proceso, conocido como polinización, es esencial para la reproducción de muchas plantas, tanto silvestres como cultivadas.
Sin abejas, nuestro paisaje alimentario cambiaría drásticamente. Muchos de los alimentos que forman parte de nuestra dieta desaparecerían o serían escasos y muy costosos. Además, al afectar la biodiversidad vegetal, también se verían comprometidas numerosas especies animales que dependen de esas plantas.
