Esculturas Perfumadas Las esculturas de la antigua Grecia y Roma eran policromadas, pero también eran algo más. La ciencia ha confirmado que aquellas esculturas de mármol que hoy admiramos en blanco impoluto fueron, en su origen, una sinfonía de color y fragancia.

Porque el arte, como el perfume, es una experiencia multisensorial. Y eso era precisamente lo que querían conseguir con sus esculturas en templos y espacios públicos, que admirar una estatua no solo fuese una experiencia visual, sino también olfativa. Se trataba de una experiencia donde el aroma de resinas, flores y ungüentos sagrados envolvía las estatuas, aportando una dimensión olfativa que conectaba a las personas con lo divino, con lo bello y con lo eterno.