Esta técnica artesanal de origen francés consiste en sellar manualmente el cuello de una botella o frasco, ya sea de perfume, licor o cosmético. Se utiliza un papel ultrafino (la baudruche), hilo de algodón o seda y un sello de cera o lacre. El resultado es una pieza protegida, única y cargada de simbolismo.
El baudruchage no solo garantiza la autenticidad y la integridad del contenido, también es un homenaje al savoir-faire. Es un saber hacer transmitido por generaciones, que da valor al tiempo, al gesto perfecto, a la belleza de lo artesanal.
En tiempos donde todo va rápido, el baudruchage nos recuerda que la verdadera excelencia se construye con paciencia, precisión y pasión.