Una nariz más en el firmamento

El nuevo año ha comenzado con una nariz más en el firmamento…

La obra y legado de Ernesto Ventós nos acompañarán eternamente y el Sillón Césped de la Academia del Perfume será suyo siempre.

Hoy queremos rendir homenaje a el Hombre Nariz, Ernesto Ventós, recordando esta reciente entrevista que nos dedicaba hace unas semanas. A través de sus líneas se vislumbra lo especial que ha sido, su enorme talento, su pasión por el mundo de los aromas, el arte y la cultura del perfume, la luz con la que ha brillado y la sonrisa que se nos dibuja al recordarle.

Hasta siempre, querido y entrañable Ernesto Ventós,  Académico Eterno.

Se definía a sí mismo como un alquimista y artista inquieto, tenaz y muy atrevido. Y es que no cabe duda de que este artista, artesano y Académico de Mérito de la Academia del Perfume, reconocido creador de esencias y coleccionista de arte relacionado con el perfume muy particular, convivía en su interior con un talento indudablemente innato.

Ernesto Ventós era sordo desde la infancia, por lo que, en lugar de ver y escuchar las obras de arte, las olía, consiguiendo elevar su sentido del olfato a una nueva dimensión.

Toda su obra, como veremos más adelante, tenía como principal protagonista la nariz y en esta entrevista Ernesto no solo nos redescubría el gran poder del olfato, el sentido más primitivo y poderoso y su herramienta de trabajo, sino que, además, nos abría las puertas de Nasevo, su proyecto más personal de creación artística, en el que se movía como pez en el agua entre narices de distintas formas, colores y hasta olores, que se desencadenaban en el marco de la memoria olfativa y los recuerdos.

¿Qué influencia tuvo tu infancia en el desarrollo de tu olfato y cómo te haces perfumista?

Al quedarme sordo desde muy niño y al nacer encima del almacén de esencias del negocio de mi padre, mi recuerdo es estar oliendo constantemente. El sentido olfativo me guiaba sin ser consciente de ello.
A causa de este aprendizaje natural y la relación con el mundo de las esencias de mi abuelo y mi padre, el mundo de la perfumería me llamó la atención. Comencé a adquirir mis conocimientos de perfumista al lado de mi padre y posteriormente en Grasse y Suiza como ayudante del perfumista Arturo Jordi.

¿Cómo surge Nasevo? ¿Qué tipo de disciplinas artísticas contempla?

Nasevo surge a raíz de llamarme la gente “hombre de nariz”. En 1979 empecé la colección olorVISUAL, mi colección de arte contemporáneo en la que las obras son adquiridas a partir de mi memoria olfativa. Todas las obras que la conforman me traen recuerdos a través de olores y en ella solo hay dos narices.
A partir de ahí se me ocurrió que podía expresarme artísticamente creando obra donde el apéndice olfativo –la nariz – fuera el único protagonista.
Empecé con escultura y seguidamente con pintura. Ahora ya hemos experimentado con vídeo y fotografía.

¿En todas las obras debemos buscar una nariz o no necesariamente? ¿Trabajas con otros artistas en cuyas obras la nariz o el olfato son protagonistas o todas las obras son tuyas?

Sí, en todas las obras está presente la nariz.
Las obras de NASEVO son mías conceptualmente y trabajo con artesanos que me ayudan a materializar algunas de ellas; otras salen directamente de mis manos.

¿Cuáles son las próximas actividades de Nasevo? ¿Algún sueño que te gustaría cumplir?

Estamos trabajando en algunos proyectos expositivos que aún no podemos oficializar. Además, la obra de NASEVO ha sido donada a la Fundación Ernesto Ventós y con la que estamos creando un potente programa educativo para poder llevar a cabo el lema de la Fundación: “Aprender a oler a través del arte”.
Por supuesto, estoy creando cada día obra nueva. Es necesario ir probando, porque no todo vale a la primera.
Mi sueño es que podamos llevar a cabo todos los objetivos que nos hemos marcado con la fundación.

Eres Académico de Mérito de la Academia del Perfume, ¿qué significa para ti?

Un honor y una responsabilidad. Y sin duda estoy muy agradecido. Me gustaría poder aportar mis conocimientos y ayudar a futuros creadores.

Gracias, Ernesto, por haber compartido con la Academia del Perfume todo tu arte, talento y pasión y por inspirarnos ahora más que nunca a seguir trabajando día a día por la cultura del perfume, que tú tanto has cuidado. Viaja con todos tus proyectos a lo más alto y siembra con todo tu arte un cielo lleno de narices. Hasta siempre.