Popea, esposa de Nerón y admirada entre los romanos por su belleza, era otra fiel amante de los perfumes. Hizo famosos sus curiosos rituales de belleza, como sus baños diarios en leche de burra aromatizada con lavanda y melisa, a la que añadía sal, aceite de oliva, bicarbonato y pétalos de rosa.
Como curiosidad, cuenta también la leyenda que todos sus viajes obligaban a desplazar alrededor de unas 300 burras para ser ordeñadas para sus baños perfumados.