Pomander o poma de olor

Las pomas o pomander fueron todo un hito en el mundo olfativo. ¿Sabías que el término pomander deriva de pomme d’amber, es decir, manzana de ámbar?

En la Edad Media, uno de los usos que se daba al perfume era enmascarar los malos olores: así nacieron las pomas de olor o pomander, utilizadas principalmente por la nobleza. El pomander podía ser una joya elaborada con piedras preciosas, oro o plata, en forma de cajita muy pequeña o bien un recipiente cerrado con pequeños agujeros. En su interior se introducían esencias, hierbas o perfumes, con la intención de desprender un buen olor. Se colgaban del cuello o de la cintura con elegantes cadenas y otras veces se llevaban en las manos, de forma que con el movimiento se iba desprendiendo el olor de la esencia que había en su interior. También se pueden ver de modo estático, por ejemplo, sobre una mesa, en cuadros de la época.

Las esencias más empleadas en esta época para introducir en las pomas eran la rosa, la algalia, el almizcle, la lavanda, la violeta, el sándalo y el ámbar.

En el cuadro del pintor renacentista flamenco, Pieter Jansz, podemos ver a una joven que porta un pomander de oro. También, en el cuadro, Lección de anatomía del Dr. Willem van der Meer pintado en 1617 por Michiel y Pieter van Mierevelt, se puede ver cómo uno de los observadores porta en sus manos un pomander para “protegerse” del olor que desprendía el cuerpo.