¿Sabías que en Egipto el perfume era tan importante que incluso tenía su propia divinidad?
En el Antiguo Egipto, el sentido del olfato era tan importante que contaba con un dios específico, Nefertum (“la flor de loto perfumada en las narices de Re”). Solía aparecer representado con una boina adornada con una flor de loto.
El sentido del olfato era muy valorado y en los jeroglíficos, cuando se ve una expresión relacionada con la felicidad, aparece el icono de la “nariz”.
Los egipcios daban también mucha importancia a su aspecto físico. Era una sociedad avanzada en este sentido y eran importantes los vestidos, las pelucas, las joyas, el maquillaje y cómo no, los ungüentos y perfumes, que en ocasiones eran más preciados que el oro o la plata.
¿Sabías que en Egipto el perfume era tan importante que incluso tenía su propia divinidad?
En el Antiguo Egipto, el sentido del olfato era tan importante que contaba con un dios específico, Nefertum (“la flor de loto perfumada en las narices de Re”). Solía aparecer representado con una boina adornada con una flor de loto.
El sentido del olfato era muy valorado y en los jeroglíficos, cuando se ve una expresión relacionada con la felicidad, aparece el icono de la “nariz”.
Los egipcios daban también mucha importancia a su aspecto físico. Era una sociedad avanzada en este sentido y eran importantes los vestidos, las pelucas, las joyas, el maquillaje y cómo no, los ungüentos y perfumes, que en ocasiones eran más preciados que el oro o la plata.
¿Sabías que en Egipto el perfume era tan importante que incluso tenía su propia divinidad?
En el Antiguo Egipto, el sentido del olfato era tan importante que contaba con un dios específico, Nefertum (“la flor de loto perfumada en las narices de Re”). Solía aparecer representado con una boina adornada con una flor de loto.
El sentido del olfato era muy valorado y en los jeroglíficos, cuando se ve una expresión relacionada con la felicidad, aparece el icono de la “nariz”.
Los egipcios daban también mucha importancia a su aspecto físico. Era una sociedad avanzada en este sentido y eran importantes los vestidos, las pelucas, las joyas, el maquillaje y cómo no, los ungüentos y perfumes, que en ocasiones eran más preciados que el oro o la plata.