El descubrimiento de nuestra rosa asturiana, la Rosa Narcea

La Academia del Perfume comparte el proyecto de investigación, protección, conservación y reconocimiento de una variedad de rosa, la Rosa Narcea, en el que está trabajando el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con un equipo dirigido por Carmen Martínez, investigadora del CSIC en la Misión Biológica de Galicia

Esta rosa se ha bautizado como “Rosa Narcea” por el concejo asturiano en el que se ha localizado el ejemplar origen del estudio, Cangas del Narcea. Se trata de un híbrido antiguo natural de la Rosa centifolia, empleada como ingrediente en perfumería, y Rosa gallica, prácticamente desaparecida, que era muy apreciada por sus múltiples propiedades cosméticas, medicinales y gastronómicas.

La investigación de esta rosa podría suponer un hito de relevancia histórica pues en la actualidad tan solo se cultivan en Europa dos tipos de rosa para producir aceites esenciales para perfumería: la Rosa Damascena y la Rosa Centifolia.

La Rosa Narcea florece una vez al año entre los meses de mayo y junio y crece en un microclima muy especial, en una zona montañosa en la cordillera Cantábrica, con valles protegidos por las altas montañas. Estas condiciones podrían hacer que la rosa produzca una mayor intensidad aromática, según creen los investigadores.

El año 1867 marca la diferencia entre las rosas cultivadas antiguas y las modernas. Según la bibliografía antigua, existían más de 100 variedades de rosas antiguas cultivadas en el sur de Europa. Desde entonces, con la llegada de especies procedentes de la India y China, distintos horticultores comenzaron a realizar cruzamientos artificiales para obtener rosas con fines ornamentales, de múltiples colores y formas, pero la mayoría de ellas sin aroma. Las rosas antiguas cultivadas en Europa fueron desapareciendo, al ser sustituidas en los jardines por las modernas. La que nosotros hemos seleccionado y mejorado tiene su origen en una de esas rosas antiguas, de hecho, creemos que la originaria existía ya en el punto donde ha sido localizada y seleccionada, desde alrededor de 1832 o incluso antes”, explica Carmen Martínez, investigadora del CSIC en la Misión Biológica de Galicia.

Recientemente, la Academia del Perfume dedicaba una semana a la rosa y anticipaba la noticia de esta investigación. “En estos días de confinamiento y con una situación económica tan compleja, nos parece un mensaje de esperanza un proyecto ilusionante que procede del legado que han cultivado y mantenido nuestros mayores a lo largo de generaciones. De confirmarse su potencial, puede ser una vía de empleo y oportunidades para las próximas generaciones en esta zona rural. Hace más de un año que estamos en contacto con el equipo de investigación, siguiendo muy de cerca sus avances y estamos expectantes por ver los resultados de la siguiente fase”, declara Val Díez, Directora Ejecutiva de la Academia del Perfume.

En este momento, se está monitorizando muy de cerca la investigación y la floración de los rosales. Hay diferentes plantaciones, en la zona original, en un jardín privado de Carballo y otras en invernadero con la intención de trasplantar posteriormente en dos tipos de terreno en Asturias, como los de la zona original. El próximo objetivo es confirmar el potencial de la rosa para la creación de aceites esenciales para distintos ámbitos y confirmar su potencial olfativo.

Miembros del grupo de investigación. De izquierda a derecha, Iván González, Dra. Carmen Martínez, Dra. Susana Boso, Dra. Pilar Gago y Dr. José Luis Santiago

El proyecto acaba de publicarse en una Nota de Prensa del CSIC y en una de las revistas del grupo Nature, Horticulture Research, mostrando su relevancia internacional.  La Academia del Perfume ha estado en contacto con la investigadora desde sus fases iniciales y sigue muy de cerca sus pasos dado su interés.

Para terminar, off the record, no queríamos dejar de compartir una emotiva anécdota que nos contaba Carmen Martínez: “Como mis padres se encuentran aislados en Asturias y las horas pasan lentas durante el confinamiento, les he hecho el encargo de ir contando cada tres días el número de capullos que van apareciendo en los distintos ejemplares de rosal que estamos estudiando y tenemos plantados allí, el lugar de origen de la rosa. Esto nos va a permitir hacer una estimación bastante certera del número de rosas que vamos a tener o de la fecha aproximada de máxima floración y ellos tienen una cosa bonita en la que pensar, un entretenimiento que los mantiene ocupados.”