Sabías que el Ave Fénix no vivía ni de granos ni hierbas, sino que se alimentaba de lágrimas de incienso y de jugo de amomo, según Ovidio?
El Ave Fénix ha sido desde siempre un símbolo mitológico muy utilizado en la literatura, el arte y la cultura popular a lo largo de la historia, representando la renovación y la resurrección.
Según Ovidio, cuando cumplía cinco siglos de edad, se construía un nido en lo alto de las ramas de una encina o de una palmera con las uñas y con el pico y lo pavimentaba con casia y con espigas de nardo, así como con fragmentos de canela y mirra. Se colocaba encima y acaba su vida entre perfumes para renacer posteriormente de sus cenizas, con la sabiduría heredada del antiguo pájaro.
La relación del Ave Fénix con el incienso y la resurrección la lleva a ser representada en imágenes como el «Tríptico de la Adoración de los Magos» de El Bosco, en la que uno de los Reyes ofrece un frasco de incienso y está coronado por un Ave Fénix.