Hay universos como el vino o la gastronomía, completamente extendidos, de los que se habla en reuniones y cotidianas de forma natural. ¿Por qué no ocurre lo mismo con el perfume? ¿Es que están los perfumistas encerrados en su castillo? preguntó el moderador.
Agustí Vidal, Académico de Número y reconocido perfumista y músico, que asistió a la jornada, opina que no es así, todo lo contrario, cada vez que se les pregunta, están dispuestos a contestar y compartir su conocimiento con el público de una forma didáctica.
Es cierto que la élite de auténticos maestros perfumistas es reducida, según Gregorio Sola: “Hay menos maestros perfumistas que astronautas, no hay más de veinte en todo el mundo”. Sin embargo, es también cierto que cada vez que hemos solicitado desde la Academia a los Académicos su ayuda para difundir la cultura del perfume, hemos recibido una colaboración abierta y generosa. Puede que se trate de ir interiorizando el perfume como un arte más en las conversaciones cotidianas y de los medios de comunicación.
El lenguaje del perfume y todos sus matices no es tarea fácil, ya lo apuntó la Académica de la Lengua Soledad Puértolas en la ceremonia de Académicos celebrada en la RAE en marzo de este año, sugiriendo que merecería desarrollar un proyecto ad hoc. El Académico de Número Ramón Monegal intervino en el acto para comentar que él lleva un tiempo tratando de desarrollar un trabajo en torno al lenguaje del perfume y está suponiendo un desafío importante.
Aunque, curiosamente, las notas del perfume tienen una riqueza de matices que otras disciplinas no reflejan con tanta profundidad – por ejemplo, en el vino, se puede hablar de notas afrutadas o amaderadas cuando un perfumista hablaría de la nota concreta: manzana o pera, o bien roble, cedro, sándalo o la madera de que se trate-. Igualmente, los mixólogos utilizan notas aromáticas que en el lenguaje del perfume se podrían describir con mayor profusión de detalles.
“Hay gurús de la gastronomía que analizan los diferentes ingredientes de la carne y en base a ello evalúan qué mezclaría bien con qué. Esto es algo que los perfumistas llevan miles de años haciendo. ¿Cómo es posible que no se hable más de la ciencia del perfume?” se preguntan los asistentes.
“El olfato es el sentido sensorialmente más importante, todos tenemos marcado el olor de nuestra madre nuestra primera huella olfativa, el primer beso, la paella del domingo, el de tantas situaciones… no hay nada que nos marque tanto”, comparte Sola.
Marina Barcenilla, en su proyecto AromAtom, tiene como objetivo un alto componente didáctico, tratando de trasladar el olor a diferentes universos, con un despliegue divulgativo en colegios y en diferentes exposiciones.
¿Es, por tanto, cuestión de propiciar mayores conversaciones en torno al perfume y sus notas como se hace en otros países, como la vecina Francia, o de buscar oportunidades divulgativas en la base de la sociedad, ya desde la infancia?