La calidad es un punto diferencial para el consumidor. El rango de exclusividad en la creación y de poder adquisitivo del cliente es muy amplio y, por lo general, los perfumistas son partidarios de “mejor poco bueno y diferente que mucho de lo mismo”. Trasladándolo a la gastronomía, el símil que aportan es que “un poco de bogavante en una paella puede ser mejor y más diferencial que mucho palito de merluza”, así como que la forma de defenderte de imitaciones es “hacia arriba”.
Nuria Cruelles considera que “el lujo es tiempo para poder crear, la artesanía, lo bien hecho y lo innovador requiere tiempo”.
El enriquecimiento y calidad que aporta la ciencia a la naturaleza
Conversando sobre la calidad surgió el tema de los ingredientes moleculares y naturales. “A veces pensamos que todo lo natural es bueno y no necesariamente es así”. Hay ingredientes naturales que pueden tener sustancias alergénicas; siendo naturales, hay frutas que dan alergia a algunas personas, por ejemplo. Hay que educar, porque lo natural no es necesariamente lo mejor. Hay un falso mito en cuanto a que lo natural es bueno y lo sintético malo” declaró Nuria Cruelles.
Continuando con este tema, Gregorio Sola apuntó que “hoy en día hay una gran conciencia y buenas prácticas con ingredientes de síntesis biodegradables que pueden ser más sostenibles que algunos naturales”.
Otro aspecto muy valioso es, además, la riqueza y creatividad que pueden aportar pues cada año se desarrollan moléculas nuevas. “Imagina un pintor al que le dan colores nuevos o que a Van Gogh le das colores fluorescentes, cómo podría enriquecer sus obras”. Sola continuó explicando que las moléculas a veces incluso mejoran el ingrediente natural: si añades al jazmín hediona, se enriquece y potencia su olor.
Beatrice Aguilar coincidió completamente con sus colegas: “hay setas muy ricas, pero también las hay venenosas”.
Marina Barcenilla, creadora de una línea de perfumes completamente naturales, expuso su motivación con la misma. “Crear una línea con ingredientes naturales es algo muy personal, son recuerdos embotellados, así de simple… está vinculado a esos momentos y me gustó el reto de hacerlo con ingredientes naturales”.
Algunas de las voces expusieron cómo cada tipo de perfume tiene su sitio y hay espacio para todos. “Con los ingredientes naturales hay que tener en cuenta la sostenibilidad, hace falta mucho terreno, depende de la meteorología, a veces los precios de la materia prima son muy altos y condicionan el precio del perfume final, no todo el mundo se lo puede permitir. Se trata de un mercado más niche y finito”.
Val Díez abundó en la riqueza de variedad de opciones en el perfume: la exclusividad del niche, que puede ser inaccesible para algunas personas, puede convivir con productos “masstige” que pueden llegar a una población más amplia.
Por lo general, los perfumistas participantes en el debate valoraban muy positivo el equilibro entre materias primas naturales que, “en su justa medida, son auténticas maravillas” con moléculas que las completan, potencian y pueden ser más ligeras. Barcenilla continuó ejemplificando “puedes poner un poquito de bergamota italiana y rosa natural, pero a la vez hace falta la fantasía de las moléculas, que te llevan a sitios de la imaginación donde la naturaleza no puede llegar”. La contribución ideal de cada una de ellas está en el equilibrio.
El debate siguió con otros aspectos de sostenibilidad relacionados con el envase. Pere Albert explicó que la fabricación del vidrio sigue siendo un proceso muy artesanal; donde hay más recorrido es en los sistemas para que sea reciclable, sostenible, aprovechable -si sale mal, se rompe y se vuelve a fundir- y expuso cómo aprovechan las tecnologías de alrededor, maquetas, 3D, otras técnicas que sí han evolucionado mucho en los últimos años.
Estos ejemplos muestran cómo la sostenibilidad ha ido calando en los diferentes aspectos de la creación del perfume, desde las materias primas a la producción y aprovechamiento de otros elementos.